EL BLOQUEO MENTAL

El bloqueo mental

Lo que comúnmente llamamos “bloqueo mental” o cognitivo es la incapacidad de dar una respuesta sistemática, rápida y coherente. Esto sucede aun contando con un repertorio de aprendizaje que nos permitiría desarrollar la acción sin problema. Sin embargo, en ese momento la persona se encuentra incapacitada para desarrollarla.

Es decir, cuando nos disponemos a realizar una tarea común en nuestro trabajo o día a día, sabemos qué tenemos que hacer, pero no lo hacemos o no encontramos respuesta, te quedas en blanco…

El cerebro entra en pausa debido al estrés. En situaciones estresantes el cerebro se encuentra saturado, y es la propia situación es la que hace los niveles de estrés sigan elevándose. “Me estreso porque no me sale nada” “No sé qué hacer, no sé qué decir…”

Esto se convierte, por tanto, en un círculo vicioso.

El bloqueo mental por estrés.

El bloqueo mental por estrés es la respuesta de nuestro cuerpo de restablecer la homeostasis o equilibrio de nuestro cuerpo ante un estresor. El estresor puede ser interno o externo, puede ser una situación concreta, una persona, o una saturación de elementos. Variará en cada caso. También puede estar presente en el momento de forma material o en forma de pensamiento o emoción. Será cualquier cosa que haga desequilibrar nuestro balance interno.

Nuestro cuerpo nos avisa así de que algo no va bien, de que ha detectado una “amenaza” hacia nuestro sistema. Da igual cual sea el estresor, puesto que mediante la secreción e inhibición de ciertas hormonas y con la activación en parte del sistema nervioso, se suele activar la misma respuesta.

Aquí resulta interesante resaltar el retraimiento de los “proyectos a largo plazo”  que consisten en que toda la energía de nuestro cuerpo se centra en el aquí y ahora.  De esta forma, ante el estrés se llega incluso a suprimir la digestión, la reproducción y el crecimiento a través de la reducción de proteínas.

bloqueo mental

Asimismo, aunque el bloqueo mental (cognitivo) cuenta con una carga emocional, cabe diferenciarlo del bloqueo emocional.  El bloqueo emocional se expresa, en parte, mediante el bloqueo mental.

En la parte cognitiva, se da una falta en la rapidez del pensamiento y una dificultad en reconocer, regular y expresar las emociones. Por tanto, las emociones y pensamientos van ligados . Lo primordial es aprender a manejar ambos, dado que los detonantes para hacernos desbordar pueden alternarse . Entendiendo los tipos de bloqueos mentales (cognitivo y emocional) como mecanismos de defensa.

Como quitar los bloqueos mentales  o intentar superarlos.

Tras lo anterior, se entiende que estos son una señal de alarma, una llamada de atención de nuestro cuerpo.

Hay que entender que algo va mal y que, en ese día, por ejemplo, necesitamos un tiempo de descanso del trabajo; necesitamos liberar tensión con las técnicas que nos funcionen (relajación, mindfulness…).

  • En general la dieta equilibrada, el ejercicio físico y el descanso son las principales recomendaciones.
  • Realizar ejercicio físico aumenta las hormonas que nos ayudan a concentrarnos y disminuir bloqueos (norepinefrina).
  • Hacer listas de tareas puede reducir el estrés, dado que pone orden a todas nuestras ideas y pensamientos
  • Dormir ayuda a nuestro sistema inmunológico. Está comprobado que nuestro cuerpo suele reaccionar de la misma manera ante situación de estrés que de falta de sueño.

Cada uno ha de ser capaz de reconocer su propia situación y ver que técnicas son las que ha de emplear para aumentar su productividad y detectar cuando nuestro cuerpo nos está pidiendo ayuda.

“ El estrés es un estado ignorante. Básicamente cree que todo es una emergencia.” Natalie Goldgerg.

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resiliencia

Resiliencia. Aprendiendo a vivir.

El significado de  resiliencia  se inspira en la física, que la describe como la resistencia que presentan los cuerpos a romperse ante un choque; y en la ingeniería, como la capacidad de algunos materiales de volver a su forma original tras ser sometidos a un proceso de deformación.

Su definición, en el mundo de la psicología es pareja.  Sería la capacidad emocional, cognitiva y sociocultural de las personas que les permite reconocer, enfrentar y transformar de forma constructiva situaciones adversas que amenazan su desarrollo (Regional Training, 1999).  En definitiva, la forma en la que nos enfrentamos y superamos a las adversidades.

El mérito de la popularidad de este término se debe a Boris Cyrulnik, que, tras la lectura de la teoría de los afectos de Bowlby, hizo de la palabra resiliencia su bandera y consiguió promulgarla.

No existe la resiliencia sin haber una situación de crisis o trauma que superar. Si bien es cierto que se puede aplicar tras una ruptura de pareja, una crisis de pareja o un momento difícil en nuestra vida.

¿En qué se basa la resiliencia?

Una persona es resiliente cuando ante la adversidad pone en marcha una serie de mecanismos cognitivos, emocionales (afectivos) y conductuales que le ayudaran a no quedarse hundido.

Las personas no somos todas iguales frente al riesgo, somos vulnerables en distinta medida. Una persona con una base de apego seguro se supone menos vulnerable frente una crisis. Asimismo, se tiene en cuenta que una misma adversidad afecta a las personas en distinto grado. Por lo que un mismo trauma dependerá de las situaciones vitales y del punto concreto que se encuentre la persona.

¿Cómo ser resiliente?

Cada persona desarrollará sus propias estrategias de resiliencia. Estas no son universales. La resiliencia dependerá en parte de la biología, así como de nuestra parte social.

Va a estar en manos de de la forma en la que construimos la personalidad. La persona ha de haber desarrollado una serie de improntas psicológicas, que le permitan la resistencia.  Hay que tener en cuenta que depende en parte de la persona y mucho de su entorno, antes y después del trauma. (Recomiendo entrevista Boris Cyrulnik)

“La resiliencia no es una sustancia, algo hecho; más bien es una obra de tejedora que enhebra la seda de las capacidades personales con la seda afectiva y social en un proceso inacabado” Fores y Grané

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Crear un vínculo seguro es la base de la resiliencia. El sentimiento de seguridad que proporciona el vínculo de apego hace que sepamos como se comporta el resto y que sepamos como actuar.

Sin embargo, la resiliencia es constante y puede darse en la edad adulta. No es la misma en todas las etapas de la vida. Podemos ir aprendiendo que nos sirve y que no, del mismo modo que se pueden perder herramientas que antes teníamos.

 

Actualmente existen en algunos centros educativos programas de desarrollo infantil que tienen como foco principal potenciar y fomentar factores de desarrollo personales y del contexto. Estos programas tratan de minimizar los efectos negativos de las adversidades, empleando la reformulación constructiva que permita al niño recuperar o conservar el equilibrio entre sus demandas externas e internas y su capacidad de responder.

Aun queda mucho por aprender dentro del mundo de la resiliencia y muchos factores que tener en cuenta.

No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que te queda” Bob Marley

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